Dios me salvó de la muerte”

“Volví a nacer y Dios tenía planes extraordinarios para mí”.

 

Empresaria del Mes. Sheila Cabrera que emigró a los Estados Unidos en enero del 2017 para abrirse camino en el mundo de los negocios tiene toda una historia de vida. Originaria de San Juan de la Maguana, al sur de la República Dominicana, Sheila cuenta que tuvo una infancia maravillosa. “Cierro mis ojos y me recuerdo bailando y cantando canciones para Dios”.

 

A la edad de 2 años, Sheila casi pierde la vida. Su hermano menor tenía un soplo en el corazón y cada día le daban 5 gotas de un medicamento llamado LANOXIN. “Yo era una niña muy curiosa y me tomé más de la mitad de su medicamento, lo que me ocasionó un fallo en mi corazón”.

 

Los médicos les dijeron a sus padres que de cada 15 personas con una sobredosis de ese medicamento una quizás podría sobrevivir.

 

“Dios me salvó de la muerte después de una semana de estar en cuidados intensivos y de recibir más de 3 descargas eléctricas para reactivar mi corazón”.

 

“Volví a nacer y vivir con mis padres y mis hermanos me convirtió en una niña fuerte, era la más inteligente y mi familia siempre esperaba mucho de mi”, relata Sheila.

 

Desde muy temprana edad soñaba con ser Ingeniera Mecánica, cristalizando sus sueños en el 2016 luego de graduarse cum laude de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Luego de trabajar en el Instituto Agrario Dominicano como supervisora de obras decidió regresar a su ciudad natal para desempeñarse como arquitecta en el Departamento de Planeamiento Urbano en el Ayuntamiento Municipal.

 

En enero del 2017 Sheila decidió emigrar a los Estados Unidos para vivir con su esposo en la ciudad de Nueva York. “Fue un año muy doloroso porque tuve que dejar a mi hija Emma Cabrera en mi país con mi familia, venir a un nuevo país, enfrentar una cultura diferente y no saber su idioma era un reto, no quería traer a mi hija hasta que no tuviera una estabilidad”, cuenta.

 

Sheila no la vio fácil, tenía que trabajar de día en un supermercado y estudiar inglés de noche. En agosto del 2017 se mudó a la ciudad de Lawrence para continuar sus estudios.  Se registró para estudiar Diseño de Interiores en NECC y en noviembre de ese mismo año logro traer a su pequeña hija. “Por fin recuperé la maleta de mis sueños y metas que traje de mi país, cuando eres feliz todo conspira a tu favor”.

 

En enero del 2018 quedó embarazada de su segundo hijo, Ethan Cabrera. “Mi vida se complicó, pero sabía que si Dios me salvó de la muerte era porque tenía cosas extraordinarias para mí , así que no podía darme por vencida, debía seguir a delante”.

 

La mano de Dios

A finales del 2019 en el salón de belleza que frecuentaba “me sugirieron que como tenía el cabello muy rizado era recomendable hacerme un BOTOX CAPILAR y al final terminaron aplicándome una KERATINA, perdí más del 50% de mi cabello, para mi mayor desgracia comenzó la pandemia del COVID-19 y todos los salones cerraron. No sabía que hacer, la desesperación y la depresión me llevaron a estudiar tricología, hacer un viaje a lo orgánico y a empezar un ‘bachelor’ en ingeniería química”.

 

“Una desgracia me llevo a fundar mi propia línea de belleza Nature Capelli con la intención de ayudar a otras personas que tuvieran problemas similares (caída del cabello y crecimiento), pero con ingredientes naturales y orgánicos. ¡Qué ironías de la vida y que perfectos son los planes de Dios! Él sabía que la manera en la que llegaría a las personas no era a través de mis planos, sino de mis productos”.

 

NATURE CAPELLI cuenta con 28 productos diferentes, incluyendo una línea para cabello rizado de niños y una línea para el cuidado de la barba.

 

La clave del éxito

“La clave para el éxito de mis productos está en la fe que tengo en Dios, el amor que le pongo a cada uno de mis productos, a mi creatividad, casi todo lo que imaginamos está creado, pero debemos hacer las cosas mejores y con nuestro propio toque.”